15 diciembre 2008

EL ARGENTINAZO RETORNA CON EL DERRUMBE MUNDIAL DEL CAPITALISMO.

El 20 de diciembre a Plaza de Mayo

Van a cumplirse siete años de la gran rebelión popular del 19 y 20 de diciembre.

En ese final de 2001, el pueblo ganó las calles contra la descomposición de un orden social que dejó a los trabajadores sin sus puestos de trabajo, a los ahorristas sin sus depósitos, a los deudores hipotecarios sin sus viviendas.

A siete años de aquel Argentinazo, un panorama similar, la bancarrota del capitalismo, se cierne hoy sobre los explotados, pero esta vez no solamente de la Argentina sino del mundo entero.

Varios millones de trabajadores ya han sido despedidos en Estados Unidos y Europa.

En Argentina, más de 80.000 compañeros soportan despidos, retiros forzados, suspensiones o reducciones salariales.

En 2001, un gobierno capitalista -el de la Alianza- se declaraba impotente frente a la crisis capitalista.

Hoy, el gobierno que tenemos dice todo el tiempo que "enfrentará activamente la crisis", que defenderá "el trabajo nacional y la producción", pero financia la fuga de capitales, que ya se llevó 30.000 millones de dólares en un año, y la devaluación del peso y de los salarios.

Los Kirchner aseguran que la estatización previsional servirá para "reactivar la economía", pero destinan esos fondos a pagar la deuda externa y a subsidiar a los pulpos industriales.

La única medida verdaderamente reactivadora -el aumento de los salarios y las jubilaciones- está fuera de la agenda oficial.

Mientras tanto, las patronales continúan despidiendo y suspendiendo, lo que agrava la desocupación, la caída del consumo popular y la propia recesión.

2001 y 2008

El gobierno y sus opositores patronales no quieren hacerse cargo de la crisis.

Dicen que, a diferencia de 2001, esta crisis tiene una "causa internacional".

Pero la bancarrota de 2001 también fue "internacional", desde la crisis asiática de 1998 y la bancarrota de Brasil y del mayor fondo de inversión en Estados Unidos.

Esa crisis internacional le dio el golpe de gracia al podrido régimen de convertibilidad.

Los gobiernos y los partidos capitalistas no pueden hacerse cargo de que estamos frente a un derrumbe del modo de producción capitalista, que tiene un carácter internacional.

A pesar de que inyectan billones de dólares a los bancos y a los especuladores, no pueden impedir que la economía se encamine hacia la depresión, con su secuela de desocupación y crecimiento de la miseria.

Ningún gobierno asume la responsabilidad de nacionalizar sin indemnización a los bancos y capitales que han quebrado, para lanzar a partir de ahí un plan de reactivación basado en el aumento de los salarios y los gastos sociales, y de un plan de reconversión de la industria en beneficio de las mayorías.

La clase obrera de todo el mundo se enfrenta al desafío de defender sus condiciones de vida y sus conquistas, y en esta lucha desarrollar una alternativa política y social al quebrado sistema capitalista.

No es ese desafío el que recogen las burocracias sindicales que, en todo el mundo, se alinean con los gobiernos y los patrones contra los trabajadores.

Ni un peso al capital, rescatar al capitalismo es confiscar a los trabajadores; por la revitalización social y económica de la clase obrera, por más salud, más educación, mejores salarios y jubilaciones, más viviendas, mejores transportes, por un trabajo libre de explotación, por un futuro para juventud.

Por una gran jornada de lucha el 19 y 20

Los Kirchner no tienen condiciones de superar esta crisis porque son, como ellos mismos dicen, un gobierno de la "burguesía nacional", la misma que todos los días está sacando capitales del país y presionando por una mega devaluación que va a volver a arruinar al país y a los trabajadores.

En este aniversario del "argentinazo", la gran responsabilidad de los luchadores de la clase obrera es plantear una salida a la crisis del capitalismo en función de los intereses y del futuro de las mayorías explotadas.

Abajo los despidos y suspensiones; que se repartan las horas de trabajo sin afectar el salario;

Inmediato aumento de salarios y de las jubilaciones;

Nacionalización de la banca y del comercio exterior y desconocimiento de la deuda externa usuraria y confiscatoria.

Por un Congreso de trabajadores para establecer un programa de reconversión agraria e industrial en función de los intereses sociales de las mayorías populares.

Por un plan de lucha de la CGT y de la CTA, incluida la ocupación de toda empresa que suspenda, despida o cierre, y la elección de delegados en todos los lugares de trabajo.

La alternativa al derrumbe de la sociedad capitalista es el pasaje del poder a manos de los trabajadores para poner en marcha una sociedad socialista.

2001-2008. El asesino vuelve al lugar del crimen; volvemos a una bancarrota del capitalismo pero de un carácter mucho más universal.

Que se vayan todos, por un gobierno de los trabajadores y de los explotados.

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