10 diciembre 2007

La derrota del bonapartismo plebiscitario de Chávez

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El pueblo de Venezuela ha votado, con el No, contra una tentativa de consolidar un régimen de poder personal, el cual constituye una amenaza para la libertad de organización y la independencia de la clase obrera y de sus organizaciones. Tres millones de electores variaron su voto con respecto a las presidenciales de 2006, cuando Chávez ganó con una mayoría del 63%. La tentativa bonapartista de Chávez escindió a su frente político en tres fracciones: una de derecha, encabezada por el general Baduel, una intermedia representada por el gobierno y por la izquierda que se transformó en furgón de cola del nacionalismo burgués, y una tercera de izquierda, que estuvo encarnada por sectores sindicales minoritarios que han venido defendiendo la independencia y organización de la Unión Nacional de Trabajadores, y que llamaron a votar por el No. La derrota de un referendo convocado por el régimen político de turno es un acontecimiento de características excepcionales, que por lo tanto deja planteada, objetivamente, una crisis de conjunto. La derecha política del país, que monopolizó la campaña del No, intentará servirse de esta elección para inclinar a una parte del ejército de su lado y abreviar el mandato presidencial de Hugo Chávez. La izquierda debería movilizarse para poner en pie con toda rapidez a los sindicatos independientes y a la UNT, advirtiendo a los trabajadores que solamente sobre esta base podrá haber una salida progresista y revolucionaria a lo que ya se presenta como una crisis de régimen. El chavismo ha sido víctima de sus propias contradicciones, principalmente entre su pretensión de conquistar la independencia nacional, por un lado, y su política de estrangular la movilización independiente de las masas, por el otro; o entre su planteo de “democracia verdadera”, de un parte, y la tendencia irreprimible a la estatización de la sociedad, en especial de sindicatos, organizaciones populares, y las empresas recuperadas y estatales, de la otra. En oposición a la estatización social de contenido capitalista, la izquierda debería reforzar a partir de ahora la lucha por la autonomía de las organizaciones obreras y el control y gestión obrera de la actividad económica y social. Es necesario aprovechar la crisis de las tentativas de estatización social para poner a la clase obrera de Venezuela, y en especial a los obreros petroleros, a la cabeza de la movilización revolucionaria. La crisis política planteada por la derrota de la tentativa bonapartista deja una lección para toda América Latina, y en forma inmediata para Bolivia: los regímenes nacionalistas son una trampa mortal para las masas. El camino de la victoria de la lucha por la independencia nacional (la Unión Socialista de América Latina) pasa por una dirección política obrera independiente.
3 de Diciembre de 2007
Jorge Altamira
Partido Obrero

La nueva situación en la gran huelga del Casino

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APOYARLOS MAS QUE NUNCA La gran huelga de los trabajadores del Casino enfrenta un nuevo escenario. El gobierno ha decretado una peculiar conciliación obligatoria que reincorpora legalmente los 97 compañeros despedidos, pero dispone el reingreso tanto de despedidos como de huelguistas 72 horas hábiles después, es decir en el primer turno (6hs) del miércoles 12 de diciembre próximo. Será la continuidad de la lucha la que tendrá que conseguir el cumplimiento por parte de la patronal de la conciliación dispuesta. El festejo de los compañeros se explica porque lograron esto de parte de un gobierno que los ignoró durante 20 días. Después de haber sido víctimas de una patota del SOMU afín al poder kirchnerista (su titular Omar Suárez viajó a la OIT con Cristina Kirchner), a pesar de la masiva y notoria huelga general, del sinnúmero de movilizaciones realizadas y después de haberlos reprimido brutalmente con la prefectura dependiente directamente del gabinete nacional. Al mismo tiempo, los sindicatos de la actividad se sacaron la careta y en un hecho sin precedentes se oponen a la reincorporación de 97 sostenes de familias trabajadoras. Se demuestra que clanes adversarios como el de Barrionuevo, a cuyas filas pertenece el macrista Daniel Amoroso de ALEARA, y el moyanismo que integra el SOMU, cierran filas contra una organización de bases, que funciona por asamblea, que conquistó un convenio superior y que defiende a sus compañeros del despido arbitrario. La patota sindical, la patronal del empresario Cristóbal López y el monopolio español CIRSA y el gobierno se oponen por el vértice a la proliferación de cuerpos de delegados de base que actúan efectivamente a favor de sus compañeros en los lugares de trabajo. La reincorporación efectiva de los despedidos es parte de la defensa estratégica de esta perspectiva en la clase obrera, por ese camino podremos defender el salario contra la inflación y luchar por convenios que acaben con la superexplotación obrera. Llamamos a todas las organizaciones obreras a apoyar esta huelga hasta su victoria. Reforzará las filas de todos los trabajadores. Apoyemos los piquetes, el fondo de huelga, las movilizaciones y estemos todos presentes a la hora prevista del ingreso de los compañeros.
PARTIDO OBRERO
 
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